jueves, 23 de octubre de 2008

Segundo finde: Kanchanaburi

Durante la semana fuimos a nuestras primeras clases de tailandés, y ya sabemos los números, preguntar algunas cosillas y poco más…La verdad es que la profe no habla ni papa de inglés y es bastante difícil entenderse…así que cada 5 minutos nos entra el ataque de risa. Neung RRRRRRooooooiiiiiii (eso es 100 con mi acento, jaja). Bangkok es como un agujero negro del tiempo, porque tienes santísimas cosas que hacer que te estresas, y todos los recién llegados tenemos la sensación de que un año es nada para hacer todas las cosas que queremos hacer, los viajes, los masajes…Ahhh, se me olvidaba, he ido a mi primera sesión de manicura y pedicura…sisi, lo he hecho…ahora tengo uñas de fulanilla, y me estoy apijando, jjaja! Te ponían los pies en una mini-bañera con burbujas, y las manos también, el sillón te daba masajes…supongo que hay que probarlo una vez en la vida…Pero bueno, creo que ha resurgido mi vena costra y no lo haré muy a menudo…
Bueno, y al grano, el finde nos fuimos a Kanchanaburi. Cogimos una furgoneta desde aquí y llegamos en dos horas. Adri, que es nuestra guía eficiente, nos reservó por el camino la habitación y nada más llegar ya teníamos una guest house flotante en medio del río, con flores de loto al lado, aunque aquí por ahora lo del agua limpia en los ríos poco... Kanchanaburi es conocido sobretodo porque por ahí pasa el “ferrocarril de la muerte”. Habéis visto la peli de “El puente sobre el río Kwai”?, pues ahí está el río, el puente, el tren y muchos cementerios donde están enterrados los muertos que los japoneses habían hecho prisioneros. Dicen que haciendo el tren murieron alrededor de 200.000 personas…Pues al día siguiente cogimos el tren y fuimos hasta una parada donde hay unas mini cataratas. Ni el viaje ni las cataratas fueron espectaculares, pero fue gracioso ver a los domingueros tailandeses, sorprendidos y haciéndose fotos con los “falan” (su palabra para nosotros, los guiris). Por la tarde nos alquilamos unas bicis.

Al día siguiente fuimos a Erawan un parque nacional con unas cataratas mucho más impresionantes e hicimos un mini-treking para subir al nivel más alto. Yo me quedé en el 6, pero como dos campeones Adri y Guille subieron…aunque al subir los tailandeses caían como moscas porque resbalaba muchísimo. Los autobuses con los que fuimos eran geniales, de latón enteros, como con los que juegas de pequeño. Las puertas van abietas y el aire acondicionado son ventiladores colgados del techo: auténticos! El domingo fue un día bastante redondo y luego de vuelta a casita!!

jueves, 16 de octubre de 2008

Primera escapada: Islas Phi Phi



Advertencia: este post puede herir la sensibilidad de los lectores, así como provocar cierto odio hacia mí. Cualquier tipo de sugerencia, amenaza, comentario o envidia podrá ser comunicada a través del enlace situado al final del post.
He avisado… Desde la última vez que escribí, aunque hayan pasado poquísimos días, he hecho un montón de cosas: el jueves por la tarde nos invitaron a ver un espectáculo de Sara Vargas. Increíble, me encantó. La verdad es que para los que entienden más de flamenco quizá no les sorprendiese, pero yo me pasé prácticamente todo el tiempo con los pelos de punta. Tan bonito. Lo organizaba la embajada y nos pusieron en primera fila, hecho que una cegata como yo valora bastante… Aquí en general en los actos oficiales tocan el himno nacional antes de los actos, y todo el mundo se pone de pié mirando hacia arriba, para terminar inclinando un poco la cabeza: es como estar en una peli, de verdad. Además estaba la princesa, y como aquí a la monarquía se le tiene un respeto enorme y muchísima admiración (parece bastante sincera), era todo muy protocolario…(Como os imagináis, los únicos que gritábamos “olé”, “gitana”, éramos los españoles, pero los thais aplaudían como locos…).


Y este finde…primera escapadita de fin de semana. Después del trabajo volamos hasta Krabi, donde pasamos la primera noche. La verdad es que es sólo un sitio de paso porque no hay nada, pero cenamos fenomenal en un mercado nocturno donde éramos casi los únicos guiris. Al día siguiente cogimos un barco hacie Ko Phi Phi Don, y nos torramos un poco al solecillo (que aquí te convierte en “socarrat”). Ahí alquilamos un bungalow en una zona un poco alta, y en cuanto dejamos las cosas empezó el día de aventurillas: contratamos a un tío muy majete que nos dio una vuelta por la isla y nos acercó también a Bamboo island y Mosquito island, que estaban cerquita. Increíble, alucinante. Es tan bonito que sólo te salen palabras cursis para describirlo…(cuki cuki) jeje. Nos dejó gafas y tubo y ala, a ver pescaditos. El fondo, los peces...impresionante.
La sensación de ver tantas cosas bonitas es como estar en el limbo todo el día, como en un decorado de peli…(Según Irene, después de ésto y de dar un concierto a lo Madonna ya se puede morir…). El “Captain” del barco se portó fenomenal y nos llevó a pescar desde el barco para ver la puesta de sol. No debe tener mucho mérito, pero todos pescamos un pececito y así le apañamos la cena al amigo.



Esa noche salimos, pero estaba un poco vacía la isla. (digamos que las partes de a partir de las 12 no las pondré en este blog, jeje)
Al día siguiente cogimos un barco a Railey y de ahí otro a Ton Sai. Las dos están en la costa y tienen un paisaje verrrde, frondoso, de plantas enormes…Estás en medio de la jungla, con unos acantilados increíbles y son muy conocidas por tener paredes para escalar preciosas. Ahí cenamos cositas a la parrilla y…probé el tiburón. Estaba riquísimo! Esa noche también dormimos en bungalow, un poco más cutre pero con ruiditos de todo tipo de animales.
Volvimos de ahí pasando por Ao Pnang, y de ahí a Krabi para coger el avión. Primer finde: un 10.
Lo avisé o no…que asco doy no? A mi también me lo doy un poco…Y eso que no os he contado lo del masaje de pies y la copa tirada viendo la luna, el mar, las rocas…Ah, y ayer recepción de la embajada por el día de la hispanidad en el hotel Oriental, que debió ser muy mítico. Se agradeció el vinito, jeje.


















miércoles, 8 de octubre de 2008

La eficacia de gestiones cuando una es "rica"...

Increíble: En menos de una semana tenemos casa, curro, señora de la limpieza (sisi, lo de piji no era broma...), lavandería, billete de avión para pasar este finde en Krabi (la foto que sale en internet es la de más abajo, jeje)...y...gimnasio!! Si, es un gimnasio enooorme, lleno de thais que hemos pensado que será un buen lugar para conocer a gente y hacer un poco el canelo básicamente. Debe ser el gimnasio pijo de la zona, pero es genial porque tienen un montón de clases y queremos dar yoga y combate personal o algo así. También intentaremos el boxeo típico thai: Moy thai. Por supuesto, se que dentro de dos meses escribiré un post diciendo que ya no vamos o que me he roto un diente (otro "sindi"...). Pero vamos, por lo menos Irene y yo tenemos buenas intenciones (por ahora es lo único, porque no tenemos ni zapas de deporte...). Éste es el link del gimnasio!









Así que nada, después del día de gestiones...mi primer masage tailandés y...duele!! en serio. es como ir al fisio, y como te quieres hacer el duro, no te atreves a decirle: un poquito más flojooooo. Luego a cenar a un japo (yo desterré a los makis etc hace tiempo de mi vida, ahhhhg) (habíamos comido en un chino! es surrealista, sobretodo moló el poder decir alguna palabreja en chino! Y kè pijou!!!! (una cerve!))


En fin, hoy toca:





  • Vamos a ir a la academia a apuntarnos a tailandés


  • Comida en un indio


  • Espectáculo de Sara Baras invitados VIP (que pedorra sueno, jeje, me encanta!): más surrealismo...

(estamos hiperactivas!!)


Besuuuuuuuuuuuuus


martes, 7 de octubre de 2008

Primera impresión

Primera impresión al llegar a Bangkok: color, olor, orden desordenado, desorden ordenado, modernidad obsoleta…Cada paso que das (que es, por cierto, bastante difícil porque no hay aceras), hace que pienses lo mismo: es otro mundo. Me gusta, me encanta. En sólo cuatro días he acumulado tantas sensaciones…Intentaré describirlas a través de este blog, pero estoy convencida de que precisamente lo apasionante de esta experiencia es que me siento incapaz de plasmarlas.



Llegamos a Bangkok después de un viaje - odisea: en Madrid coincidimos todos los “Thais”: Guillermo (el informático), Irene y yo. Desde ahí hicimos escala en Ámsterdam, donde empezó la aventura: perdimos la conexión y acabamos pasando la noche ahí y “nuestro viaje” empezó a ser el viaje de la compañía KLM: decidieron pasearnos por medio mundo y al día siguiente estábamos en Seúl…(que está a 6 horas de Bangkok!!!). La verdad es que por una parte mereció la pena, porque al pasar en Corea unas horitas, aunque sea en el aeropuerto, empiezas a ver todo tan diferente…Grupitos de niñas super-fashion, ropilla de marca, colegialas exactamente iguales…


Después del último vuelo llegamos por fin a Bangkok, y nos fue a buscar Adriana, becaria del Gobierno Vasco. Fue nuestra “salvadora”, porque nada más llegar ya teníamos piso: Sulhumvit Suites, piso 33. Como era de noche las vistas eran increíbles, lucecitas por todos lados, rascacielos…todo desde un ventanal que hace que te metas todavía más en la ciudad. En el edificio vivimos los tres, Irene y yo puerta con puerta, y Guillermo y Adriana también en e edificio, pero alguna planta más abajo. Un lujo no tener que preocuparse de buscar piso. El sábado empezamos a ver un poquito Bangkok: comimos algo en el edificio (que tiene tiendecillas, restaurantes que te pueden subir la comida a casa, piscina, squash, gimnasio). La verdad es que hay que vivir aquí para saber que aunque el dinero no de la felicidad….en Bangkok por lo menos te da toda la tranquilidad, comodidad y placer del mundo. Y, la verdad, bastante felicidad!!


Por la tarde empezamos a conocer un poquito las partes típicas de Bangkok: Khao San road, el típico lugar donde los “backpackers” van a equiparse de su uniforme jipiosillo, a comer algo y a comprar algún bolso más alternativillo. Como las elecciones eran al día siguiente no nos podíamos tomar una copa (en teoría), pero los camareros te pasaban de estrangis un papelito con la carta de alcohol. Si, como por voluntad propia los tailandeses no pueden dejar de beber, tienen que prohibirlo por ley para que sean conscientes (o, por lo menos, que se acuerden), de a quién votan. Tomamos algo de cenar thai en un chiringo muy chulo, rollo chill out, y estábamos tan zumbados de todos los sietios en los que habíamos estado que cuando pasó un elefante ni nos sorprendió! Después de unos cuantos gin tonics seguimos la fiesta y acabamos en el Spicy (que aquí se pronuncia “Sapaisi”). Casi el 50% de los occidentales tíos tenían pegada a una Tailandesa. Digamos que aquí cualquier tema de ligoteo es un poco más turbio,…en fin, tema aparte, para gustos colores y para juzgar…yo todavía no…



Al día siguiente restaurante “chill out”, pero un lujo que dudo que tenga en España, hasta te colocaban la servilleta…20 euros, y en teoría un restaurante “super cool”: To die For”. Creo que ese día todos empezamos a ser consientes de que al volver a España nos costaría ser parias otra vez…la realidad de que somos piltrafillas normales y corrientes…






Empiezo el curro: a 10 minutos de casa, y para llegar atravesamos los garajes de varios hoteles: se tarda menos así que por las “no aceras”. Lo que hago en el curro es otra historia…por ahora nada..aterrizando un poco, intentando enterarnos de cómo funciona la oficina. En fin, una idea general sobre lo que me espera este año. Primera impresión: no cambiaría el destino por nada del mundo…Además, ya planeamos la primera excursión a playa paradisiaca…

En fin, como véis, la vida de nueva rica ociosa en Bangkok es muy dura…único contra: la contaminación.