


Bueno, y al grano, el finde nos fuimos a Kanchanaburi. Cogimos una furgoneta desde aquí y llegamos en dos horas. Adri, que es nuestra guía eficiente, nos reservó por el camino la habitación y nada más llegar ya teníamos una guest house flotante en medio del río, con flores de loto al lado, aunque aquí por ahora lo del agua limpia en los ríos poco... Kanchanaburi es conocido sobretodo porque por ahí pasa el “ferrocarril de la muerte”. Habéis visto la peli de “El puente sobre el río Kwai”?, pues ahí está el río, el puente, el tren y muchos cementerios donde están enterrados los muertos que los japoneses habían hecho prisioneros. Dicen que haciendo el tren murieron alrededor de 200.000 personas…Pues al día siguiente cogimos el tren y fuimos hasta una parada donde hay unas mini cataratas. Ni el viaje ni las cataratas fueron espectaculares, pero fue gracioso ver a los domingueros tailandeses, sorprendidos y haciéndose fotos con los “falan” (su palabra para nosotros, los guiris). Por la tarde nos alquilamos unas bicis.





Al día siguiente fuimos a Erawan un parque nacional con unas cataratas mucho más impresionantes e hicimos un mini-treking para subir al nivel más alto. Yo me quedé en el 6, pero como dos campeones Adri y Guille subieron…aunque al subir los tailandeses caían como moscas porque resbalaba muchísimo. Los autobuses con los que fuimos eran geniales, de latón enteros, como con los que juegas de pequeño. Las puertas van abietas y el aire acondicionado son ventiladores colgados del techo: auténticos! El domingo fue un día bastante redondo y luego de vuelta a casita!!






