lunes, 27 de julio de 2009

Sri Lanka



¡Tenemos un día libre xa hacer puente!

Andrés: “Podemos volar a Colombo”

Irenchu y yo: (mirada cómplice…cara de interesante, ojos perdidos) “mmm…vale”

Sí, no hay como viajar para aprender algo sobre países…

Así que 5 diítas Sri Lanka, capital Colombo: Islita al sureste de la India (un 90% de mis colegas son como yo, producto de la LOGSE, así que SÍ, es necesario…)

Llegamos el viernes con Sri Lankan Airlines…guándeful! Por ahora las dos mejores compañías han sido Sri Lankan y una de Birmania, muy fuerte!

En Colombo dormimos en un hotel muy chulo (acostumbrados a nuestras cutre guest house, los de Sri Lanka fueron lujo puro, si hasta cambiaban las sábanas más de una vez al año!). Al día siguiente cogimos la fragoneta (que la vértebra de Andrés nunca olvidará) rumbo a Sigiriya, después Kandy, Dambulla y a la vuelta visita a Colombo.

Cosas chulas: un jardín de especias donde un Panoramix te iba explicando el origen de muchísimas plantas: sándalo, vainilla, curry, vainilla, cacao, nuez moscada, pimienta…te explicaba los beneficios de cada una, como se preparaba, para que servían. Nos encantó, y creo que he conseguido retener mucho más de eso que de los templos (confieso que crece en mí una templofobia…).


También nos gustó mucho la subida a una roca enorme donde hubo construido un palacio y es patrimonio de la humanidad. Las vistas eran increíbles. Aunque dudábamos un poco de la historieta que nos contaba el guía…casualmente: el palacio tenía 1600 concubinas, fue construido en el 1600, tenía 1.600 escalones…cualquier pregunta la respuesta era 1.600 así que dedujimos que era el único número que se había aprendido en inglés. 



Estuvo muy bien un safari que hicimos a lo Tintín, el paisaje bastante impresionante y daba la sensación de estar en África (además el hotel-azo tenía un lago, antorchas, muy rollo kulunguele!). El último día estuvimos en un centro de rehabilitación de tortugas y vimos un espectáculo tradicional que aunque pensábamos que sería la típica guirufada fue una súper guirufada muy chula.

El viaje ha sido sobretodo mucha paliza en frago, pero genial porque puedes ver a la gentecilla pasar, los pueblos, la vegetación, los campos de arroz, el mar con las palmeritas…eso sí, conducen tannn mal…es curioso ver las diferencias entre unos países y otros: en Japón están totalmente obsesionados con la seguridad, y en general en el sudeste les da bastante igual, no hay cinturones, nunca te avisan de nada, no usan cascos, los coches pasan de ti, beben matarratas en botella (oh venerado Samson!!!)...

En conjunto, un país muy, muy verde. Restos de la época colonial que se mantienen con la forma de vida india, las costumbres de isleños. Mucha mezcla pero muy auténtico.





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