Avanzamos un poquillo en la invasión del Sudeste, esta vez a Singapur.
Comparado con Bangkok parece Suiza, las líneas de la carretera marcadas, te pones el cinturón, semáforos…estamos asalvajados y cualquier cosa civilizada nos choca.
Llegamos el viernes bastante tarde y nos fuimos nada más llegar a cenar una pizza india (riquísima y mortal…) por la zona del embarcadero cerca de quark quay y luego a un karaoke (no se que me pasa últimamente, que siempre acabo cayendo y no me molaaan!!) Creo que el momentazo de la noche fue cuando en un karaoke nos pusieron el TEMAZO que nos había puesto Yang en clase de chino…al parecer es un hit (lo cual me preocupa, qué tipo de música escucha esta gente!?)
http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=HE_b0c6Qr34
Al día siguiente nos fuimos por China Town: farolillos, puestos de comida, y el súper puesto enorme de “gatos que mueven el brazo así”, jajaja. Me encanta. Visitamos el templo del diente de Buda (¿¡?¡ si, sí, tienen el diente. En la mayoría de templos suelen tener alguna reliquia de Buda, calculo que debía pesar unos 4.589 toneladas).
Luego nos fuimos por la zona de tiendas y centros comerciales. Cochazos, mucho lujo, mucha pasta…Había edificios muy chulos, pero sin duda el gran descubrimiento fue el concurso de animadoras. (Helen y Bego: habríais disfrutado tanto…)La verdad que estuvo genial. Casi casi llegaban a mi nivel. A Irene tuve que sujetarla porque quería hacer su número especial, pero le dije que las dejaría muy mal, así que se resistió, sabiendo que sin duda habría ganado…
Me ha gustado mucho la mezcla entre una ciudad que podría parecerse a cualquiera occidental modernita y ese toque asiático. Pero después de Japón y Singapur, creo que se confirma mi vena perroflaútica y que me gusta más lo tiradillo, lo verde y el kaos.
Se agradece de vez en cuando el orden, más que nada por salud mental, pero creo que ya nos hemos acostumbrado (eso sí, seguiré siendo una flor de asfalto madriZleño!).