Directitos a la cuna del frikismo asiático!
Aprovechando el año nuevo tailandés tuvimos nuestras primeras vacaciones largas (los 7 meses que llevamos aquí cuentan como vacaciones MUY largas…) y Guille y yo nos fuimos a Japón. Cuando estás aquí parece que todo está al lado y Japón casi casi se ve en el horizonte: pues nop 7 horitas de viaje para por fin llegar a Tokio. La invasión del frente Grupo B desde Dusseldorf Seúl, La Haya y Atenasm se unió aTiiiito, Esther y Sandra (del master) y Anna (erasmítica parisina), que están viviendo ahí.
Así que en 10 japodías hicimos Tokio, Kamakura, Kyoto y Nara.
Impresiones:
Son muy muy muy supersticiosos y cada gesto tiene establecido el ritual previo: en los templos, al comer, en las casas…no pongas los palillos así, los zapatos asá, para las ofrendas das dos palmadas, tiras la moneda, haces el pino, bailas la conga, un grajeo, media vuelta a lo Bisbal (obviamente no, pero vamos, del estilo…). Se respira un airecillo de trastorno obsesivo compulsivo vayas donde vayas…
- Son muy respetuosos, y todo está pensado para no perjudicar “al colectivo”. Las mascarillas, por ejemplo, no se las ponen para evitar la contaminación, sino para que cuando están enfermos no se contagien el resto de los japos.
Son frikis, muy frikis. En todos los sitios a los que hemos ido en Asia se ve gente diferente, culturas, formas de pensar, de vivir…pero para mí en este caso era un mundo aparte. Supongo que hasta que no llevas un tiempo largo no te acostumbras a su forma de ver la vida….
- Su “huevo”, el espacio que necesitan para no sentirse “acosados” o invadidos por el otro, es mucho más grande que el nuestro, y cuando te acercabas a alguien se le veía incómodo, como cuando viene un árabe y ves que se pega, pero que es simplemente porque su espacio vital es más canijillo.
Hay 3 suicidios a la hora…la última moda es tirarse a las vías. Es tan importante ser el mejor directivo, tener los mejores hijos, las mejores notas…que no se acostumbran al fracaso, no afrontan el que algo vaya mal y se dan por perdidos en momentos de bajón.
-Están reprimidos. Por la mañana les ves ir en masa a currar, todos vestidos iguales, sin hablar, un ejército de robots listos para dar lo máximo en el curro (como todos los becarios ICEX vamos…) y por la noche ves a algunos con unos trooozos…se van a darle al sake, con los compañeros de curro (compañeros-amigos-vida).
-Hemos encontrado muy buena gente, nos han acompañado al metro que estaba a 10 minutos, nos han invitado a cerves (un tío de 30 años rojo cuando se enteró de que en España había playas nudistas), nos han hablado en español…
-Es como si hubiesen eliminado los lazos normales con el resto del mundo, el hablar, el salir a cenar…y los han sustituido por hablar por Internet, los sms…han cambiado la forma de relacionarse con la gente…
-Te olvidas un ordenador en un banco, vuelves a la semana y seguro que sigue ahí…igualito que en España. No se concibe el robar…
Tokio:
Estuvimos en el barrio tecnológico (Akihabara), en Harajuku (la parte a la que van los frikis, con compras “modernas”), en Shinjuku (zona con rascacielos, por la estación pasan 3 millones de personas al día!!), fuimos de marcha por Shibuya (sería el Fuencarral japo), vimos parques muy chulos(el pobre Alberto estaba harto del cerezo en flor, porque se vuelven todos locos, guardan sitio para verlo…), paseamos por Ginza (zona de tiendas pijas con edificios im-pre-sio-nan-tes, si te molan los rascacielos, claro), el templo de Asakusa (parte más tradicional), cogimos un tren elevado que pasa por encima de las islas artificiales y se ve el Tokyo de las películas futurista, fuimos a Yokohama con rascacielos enormes y nos fuimos a un Onsen (baño tradicional japo) en la azotea de un rascacielos, comimos sushi al lado de la lonja más grande del mundo (para sushiadictos…flipas…es lo que tiene ir con compis que se conocen la ciudad!)
Kyoto:
Templos, más tradicional, vimos un par de geishas (se ve al turista a lo Felix Rgez. a la caza de la geisha), la gente es más abierta que en Tokyo.
Nara:
Ciudad muy pequeñita, llena de ciervos tan panchos por todos lados. Muchos templitos.
Kamakura:
Está al lado del mar. Vimos unos jardines increíbles. Y Vicky (amiga de Tito), Guille y yo parecíamos poseídos por el espíritu flor de loto-zentrankilismo-empaning…muy muy muy chulo.
En resumen, Japón nos ha enseñado un montón de cosas, hemos flipado en cada esquina y descubierto mil curiosidades, pero para mi tenía un puntillo deshumanizado que no me ha gustado, y claramente me quedo con el pachanguismo-desastroso-ineficiente tailandés. En Tailandia se ve reír más, bailar más, hablar más…aunque Japón es un país que hay que ver, porque es diferente, es bonito, ordenado (mucho) y tienen muchísimos valores de los que aprender.